Si no dejamos tiempo, para preguntarnos acerca de las cosas importantes de la vida,
Seremos incapaces de encontrar nuestro verdadero potencial,
Y en consecuencia viviremos una vida en la que no seremos los capitanes de nuestro destino...
Solo cuando las preguntas correctas, llegan a tu mente, se encienden los mecanismos para que la respuesta llegue a tu vida.
Si eres capaz de pararte por un segundo a reflexionar, sentarte contigo mismo y mentalmente decirte oye,
¿Cuál es el propósito por el que estoy vivo?
Y justo en ese entonces, en vez de querer razonar o fabricar una respuesta con nuestro pensamiento.
Ponemos nuestra atención en la respiración y dejamos que la respuesta llegue a nosotros.
En un estado de aceptación de lo que venga decidimos escribir en un cuaderno sin pensar.
Será con este acto, que podemos repetir diversos días, donde empezaremos a conectarnos con nuestro verdadero poder y el propósito de nuestra vida se nos develara.
Justo entonces, cuando necesites saberlo, vendrá a ti la información, nunca tendrás el camino completo, solo sabrás aquello que necesitas para seguir caminando.
En tus manos se encuentra el poder de crear tu destino y para poder hacerlo, es necesario que encuentres tu propósito,
Esa misión profunda que te llena interiormente para luchar cada día de nuestra vida para conseguirla.
¿Para qué estoy vivo?
Esa ha sido una pregunta que todos aquellos que llegaron a conseguir grandes resultados en su vida se hicieron.
¿Para que sirvo? ¿Para que estoy vivo? El hecho simplemente de hacernos la pregunta, detona que busquemos esa respuesta.
Todos tenemos algún talento o alguna actividad en la que disfrutamos, el tiempo se nos pasa volando y nos encantaría volver a repetir.
El gran problema es que desde que hemos sido muy pequeños, hemos sido programados no para ser libres y prósperos. Fuimos creados para satisfacer las demandas de una sociedad capitalista.
El gran problema al que nos enfrentamos es que para saber para qué estoy vivo, debemos dejar de identificarnos con aquello que creemos que somos.
La única manera de responder a la pregunta para qué estoy vivo es parando.
Parar significa detenerse, observarse y aceptarse profundamente. Es necesario esa re-conexión interior con nuestro verdadero poder.
Al identificarnos con nuestra identidad o personaje, los pensamientos automáticos que surgen de tu mente los aceptas como la Verdad.
De esa manera, el observador, se identifica con lo que ve en su pantalla mental y eso dicta su camino.
Pero el observador no es eso que observa, y puede decidir que va a tomar un nuevo rumbo y camino.
Es entonces cuando la pregunta para qué estoy vivo se resuelve, te encuentras a ti mismo, y sabes que todo esta bien, aunque fuera parezca no estarlo.
Una plenitud y serenidad profunda aparece dentro de ti, más allá del pensamiento y la emoción automática.
El momento presente se convierte en tu mayor aliado de camino.
Empiezas a liberarte de las cadenas mentales que te ataban a patrones de conducta preestablecidos por tu lugar de nacimiento, cultura y educación.
¿Por qué estoy vivo?
No creo que nazcamos simplemente para que el tiempo pase y trabajar en algo que no nos gusta para pagar deudas.
Todos dentro de nosotros tenemos un Gran Protagonista de una Historia.
Y esa historia también la creamos nosotros.
¿Cuánto tiempo le has dedicado a visualizar, reflexionar, pensar y diseñar un plan para crear tu propia historia?
¿Cuánto tiempo le has dedicado a hacer lo que otros te han dicho que hicieras?
Son dos buenas preguntas, y de su respuesta podría decirte con exactitud el grado de libertad de ese ser humano.
Nacemos con un programa que nos lleva a unos resultados y un determinado lugar.
Pero cuando el jugador del juego, nosotros, nos hacemos la pregunta ¿Por qué estoy vivo?
Empezamos a replantearnos, que quiza, podamos modificar lo que vamos a vivir y sobretodo como nos vamos a sentir interiormente.
Es entonces cuando se abre un nuevo abanico de oportunidades ante ti para crecer y que te conozcas a ti mismo.
Cuando sabes quien eres y hacia donde vas, te vuelves en imparable.
Porque ya nadie puede decirte que hacer y cuando hacerlo.
Tu eres el capitan de tu propio destino.
Y sin importar el lugar de procedencia, nuestro pasado, todos podemos llegar a donde podamos ver con los ojos de nuestra mente.
¿Por qué y para qué estoy vivo?
Nadie sabe el propósito por el que estas vivo, solamente tu lo sabes.
Y para encontrarlo, es necesario actuar, caminar en el presente.
Desear de corazón y ponernos en marcha.
Tener fe en nosotros mismos y que lo que necesitamos se nos entregará en el momento adecuado.
Cultivar cada día nuestros talentos y servir con ellos a una causa que nosotros decidamos.
Vivir en la abundancia convirtiendo nuestro propósito de vida en un propósito profesional con el que podemos lograr un gran impacto en el mundo.
Vivimos una vez, tu decides si quieres ser el protagonista de tu historia.
O quieres seguir haciéndote preguntas sin cambiar nada.
Esa es tu decisión.