jueves, 31 de mayo de 2018

No hay tierra prometida sin pasar por el desierto. 

Realmente Dios es capaz de cambiarlo todo, las circunstancias, las personas, los problemas. Aquellas cosas que parecen no tener remedio, de que con solo pensar en ello, te mortificas, perturbas tu mente, tu salud y tu paz. Cuando crees que no hay salida, allí está él, sólo que a veces estamos demasiado estancados en nuestras aflicciones que no somos capaces de verlo. Y peor aún, damos por sentado las cosas buenas, y las alegrías que aún nos queda por vivir. 
Aprendamos a tener fe, a no mortificarnos de más, a dejar las cosas sanar, crecer, y mejorar. En esta vida nada es imposible, sólo hay que ser pacientes y creer. No importa tu creencia, no importa si crees en Dios, el destino, la luna, o lo que desees, hay un poder que mueve el mundo y el más grande de todos ellos es el amor. Camina con una energía positiva y deja que esa vibra cambie las cosas. No actuemos con rencor, con carnalidad, ni seamos emocionales. Aprendamos a ser más espirituales, a dar el ejemplo, y a ser siempre mejores por y para los que amamos y para nosotros mismos.