Seguramente conoces esa sensación de cuando estás creando algún proyecto (probablemente digital) ya sea que estás redactando, ilustrando o diseñando, a lo mejor estás agregando datos en una hoja de cálculo o maquetando una página web y de repente ¡PUM! El trabajo se “pierde”.
Ya no existe, no queda rastro del archivo, de la data o del arte, simplemente queda en tu memoria.
Aquí te planteas lo siguiente: “Me estaba quedando muy bien y todo mi trabajo se esfumó, ¿para qué volver a intentarlo? Si no me quedará igual, ¿para qué volver a comenzar?”
Aquí es cuando noté algo, un detalle pequeño pero que sin duda marca la diferencia:
Si vas a volverlo a hacer de todos modos, hazlo mejor.
Piénsalo: La única diferencia que yace en la primera versión con la nueva es que ahora tienes la oportunidad de mejorarlo. ¿Tomará más tiempo? Sí. ¿Quedará mejor? Definitivamente pero sólo si te lo propones. Ir con prisa no es más importante que ir con consciencia. Así que ya sabes, esta es una nueva oportunidad, tienes más experiencia, calma y sabiduría. HAZLO MEJOR.