Creo que siempre seré una niña. O al menos así es como siempre me sentiré.

Por qué ser un adulto tiene que ser sinónimo de ser básico o aburrido. Yo lo quiero todo creativo.

Por qué tener un lápiz normal si puedo tener uno color rosa y de Hello Kitty.

Por qué tener un bolso de diseñador si, nuevamente, quiero usar un bolso de Sanrio que verdaderamente me haga feliz. ¡Quiero ser feliz, no encajar en la sociedad!

Siempre me emocionaré al ver animales, flores, el mar, el cielo, globos, una estrella fugaz o algo que resuene con mi alma. ¿Por qué no emocionarse? 

Siempre me alegraré al ver a mi mamá emocionada por poner las luces de navidad

Siempre me alegraré cuando mi amor me diga que comeremos algún postre, como café con galletas

¿Por qué no sentirme feliz sin prejuicios? Si después de todo, la vida está en esos pequeños grandes momentos.

Revelación del día

Para hacer ejercicio no necesitas ropa nueva y calzado nuevo, no necesitas la mejor proteína y creatina del mercado ni subscribirte al gym más costoso de tu ciudad, necesitas disciplina.

Para aprender a dibujar no necesitas los materiales de arte más costosos, los mejores marcadores ni un iPad con Apple Pencil de última generación, necesitas disciplina.

Para aprender a hacer un postre no necesitas una cocina nueva, con un horno nuevo y los mejores ingredientes importados que le viste usar a tu influencer favorita, necesitas disciplina.

Para tomar fotos no necesitas una dji osmo pocket 3 o la cámara viral en redes sociales, necesitas disciplina.

Para comenzar a escribir no necesitas la mejor laptop ni millones de agendas con plumas y los resaltadores más lindos de la librería, solamente necesitas disciplina.

Uno en la vida comienza con lo que tiene a la mano, luego se perfecciona y luego logra sus metas, ESE es el camino.

Te aseguro que si no comienzas con lo que tienes, muy probablemente tampoco comiences una vez tengas lo que 'crees' que necesitas para iniciar. Porque los seres humanos somos perfectos en buscar excusas, pero lo que necesitamos no son excusas, sino tomar acción. 

Literalmente puedes simplemente despertar y decidir: "Ya no soy quien he sido". No necesitas un año nuevo. No necesitas tocar fondo. No necesitas el permiso de nadie. El cambio no requiere el momento perfecto. Comienza en el segundo en que eliges algo diferente. No eres un árbol. No estás estancado.

Estás a una decisión de una vida diferente.