Esperar a alguien, ya sea por amor, por amistad o por otro tipo de compromiso, es una pérdida de tiempo. Nunca sabes si esa persona de verdad está tan dispuesta como tú o si ese algo va a llegar sin un mínimo esfuerzo.
Líbrate de esto y empieza a comprobar que, cuando no esperas, hay más oportunidades para ser feliz y crecer como persona.
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