Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no escucha música, quien no halla encanto en si mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Muere lentamente quien se transforma en un esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos senderos, quien no cambia de rutina, no se arriesga a vestir un nuevo color o no conversa con desconocidos.
Muere lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones, aquellas que rescatan el brillo en los ojos y los corazones decaidos.
Muere lentamente quien no cambia de vida cuando está insatisfecha con su trabajo o su amor.
Quien no arriesga lo seguro por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite al menos una vez en la vida huir de los consejos sensatos... ¡Vive hoy! ¡Haz hoy! ¡Arriesga hoy! ¡No te dejes morir lentamente! ¡No te olvides de ser feliz!
martes, 25 de agosto de 2015
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