sábado, 5 de septiembre de 2015
He aprendido que es importante dejar que la vida te lleve. Si has hecho todo lo posible por obtener un resultado concreto y no lo has logrado, deja de esforzarte. Relájate. Puede que el momento no sea el adecuado. Puede que lo que querías no fuese lo que más te convenía. Puede que cuando parezca que una puerta se cierra, en realidad se esté abriendo otra. Y muchas veces, cuando dejas de insistir en lo que creías que era lo mejor, se crea un espacio para que llegue algo todavía mejor. Porque cada final marca un nuevo comienzo.
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