He aprendido que hay amores fugaces que duran toda una vida y amores eternos que duran sólo una noche. Que el que quiere lo puede, lo sigue, lo logra y lo consigue. Que el "nunca más" nunca se cumple y el "para siempre" siempre termina. Que los grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos, y un desconocido alguien inseparable. Que el sentir dolor es inevitable pero que el sufrir es opcional. Que si quieres ver una persona, búscala, tal vez mañana ya sea demasiado tarde. Que el que no arriesga no gana y el que arriesga no pierde nada. Que no hay porque pedir perdón por lo que se siente. He aprendido que no sirve de nada seguir negando lo evidente. Y sobretodo, he aprendido que aún falta mucho por aprender.
jueves, 24 de septiembre de 2015
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