jueves, 30 de junio de 2016

Me encanta cuando los besos se ponen tan intensos que acaban pegados el uno al otro, ya que, literalmente, no pueden estar más cerca. Esa es mi cosa favorita. O cuando no están pensando en nada y se dan besos descuidados y se topan con una boca llena de dientes. Me encanta cuando consiguen una vía fácil hacia el cuello y besan tan fuerte cuando se supone que debería ser suave, pero terminan siendo estrellados contra la pared. Me gusta cuando las cosas se ponen calientes y ambos están literalmente jadeando porque ya no pueden recuperar el aliento.



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