Creo que hoy es uno (otro) de esos días que no se pueden escribir, no se pueden hablar, no se pueden arreglar. Uno de esos vacíos que no se llenan con nada, una angustia que parece no tener remedio. Un sol que brilla como nunca y algo le cambia esa luz. Unas ganas inmensas y miles y miles de motivos por los cuales decir BASTA y salir corriendo, muy lejos.
Y por algún motivo, sigo acá. Y por algún otro es más fácil escribir sobre estos días sin ningún fin, malditos, llenos de nada que escribir sobre lo bien que van (iban) las cosas.
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