La Rana intenta saltar, pero no es capaz de hacerlo porque ha perdido toda su fuerza al ajustarse con la temperatura del agua en aumento.
Muy pronto la rana muere.
¿Qué mató a la rana?
¡Piensa en ello!
Sé que muchos de nosotros vamos a decir el agua hirviendo. Pero la verdad sobre lo que mató a la rana fue su propia incapacidad para decidir cuándo saltar.
Todos tenemos que ajustarnos a las personas y situaciones, pero tenemos que estar seguros cuando tenemos que ajustar y cuando tenemos que seguir adelante.
Si dejamos que la gente nos explote física, emocionalmente, financieramente, espiritualmente o mentalmente, lo seguirán haciendo.
¡Vamos a decidir cuándo saltar!
Vamos a saltar mientras aún tenemos la fuerza.
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