La vida es como es. ¿Para qué molestarse en soñar que las cosas hubieran sido de otro modo? Bastante daño hacen ya los deseos proyectados hacia el futuro como para torturarse además con estúpidos deseos hacia el pasado.
Te puedes arrepentir de tus errores, pero no cambiará nada; por eso no merece la pena preocuparse demasiado.
martes, 16 de noviembre de 2010
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