martes, 23 de noviembre de 2010

A veces lo que esperas es peor si lo comparas con lo inesperado. La razón por la que nos aferramos a nuestras esperanzas es que lo que esperamos es lo que nos mantiene vivos, en pie, esperando. Esperar es sólo el comienzo, lo inesperado es lo que cambia nuestras vidas.
Inesperadamente te espero...

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