miércoles, 7 de julio de 2010

Las cosas más bonitas son las que pasan en el momento menos esperado. Las que no se planifican, las que se dan por casualidad. Las cosas más bonitas son las que nos pasan a menudo, cada día, pero a veces estamos tan concentrados en cosas que queremos, que no sabemos apreciar lo que ya tenemos. Esos pequeños detalles que nos hacen felices cada día, que dibujan una sonrisa en nuestra boca, aunque sean tonterías. Y de repente en mi vida apareciste tú. Cuando menos me lo esperaba, me invadió tu luz, e hiciste que me de cuenta de las cosas que me faltaban por sentir. Por lo que sentía que mi vida estaba un poco vacía. No me atrevo a decirte que te amo porque aun es pronto. Pero se que no hay vuelta atrás una vez sintiendo lo que siento. Quiero que sepas que te has vuelto muy importante para mi, más de lo que algún día creí. Y que todo contigo es tan perfecto, tan ideal que creo que me lo invento. Es como un sueño, como un cuento que se irá dentro de nada con el viento. Y sin querer nos encontraremos soñando en un mundo en donde sólo caben dos. En donde sólo pertenecemos tú y yo. De repente se volverán sólo recuerdos, que guardaremos en lo más profundo del corazón, y aunque a veces sea traicionera la razón y quiera que olvidemos lo que pasó, no lo permitiremos, porque no es algo que lo encontraremos cada día a la vuelta de la esquina. No es tan fácil llegar a querer tanto en tan poco tiempo. No es fácil tener que olvidar algo así en un momento. Que sepas que te quiero y que te has vuelto parte de mi. Lo siento si suena cursi o patético, pero es que es así.

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