Él la beso, así, sin más. Llevaba más de diez minutos mirándola, viendo como hablaba, pero sin prestarle atención.
Aunque en sus pensamientos solo rondaba ella, estaba damasiado embobado mirándola como para escucharla.
Sus ojos marrón perfecto, su cabello negro y liso al viento... Ya no aguantaba más.
- ¡Estúpido! Te estaba hablando.
- Ah, lo siento. ¿Que me decías?
- Nada. Sigue besandome...
__________________________________________Y ahí fue donde todo comenzó...
domingo, 31 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario