domingo, 31 de octubre de 2010

Y lo extraño. Lo amo. Lo necesito conmigo y necesito que necesite de mí. Es lo que me mantiene viva es, dentro de algunas razones, lo que me hace sonreír por las mañanas y me hace dormir tranquila y pensar en el antes de acostarme a descansar. Es en cierto modo, un compañero infaltable en mi vida. Igual, igual creo que yo no soy lo mismo en la de él. Me genera una incertidumbre inexplicable el hecho de saber que pasaré el invierno sin él, sin sus besos y sus abrazos. Su capacidad y "su modo de abrigarme el corazón". Tu modo y el mío, diferentes pero a su vez complementarios. No es fácil no tener en quién pensar todas las noches y que cada vez que EL venga a tu mente tener que hacer como si no existiera por el sólo hecho de que no está con vos, que sos suya y no es tuyo, que no se sabe si en algún momento serán del otro. Siento la inmensa necesidad de estar con él, de saber que es mío y que nuestro es amor es recíproco, dar y recibir, por igual. Donde se noten las imperfecciones pero puedan ser corregidas, donde a pesar de los deslices sepamos superarnos día a día y estar juntos por siempre. Yo no quiero perderme en un mundo de vicios, descontrol y diversión. Yo quiero estar con él y que él esté conmigo. Yo quiero que estemos juntos, aunque no se pueda. Yo quiero buscar la mejor manera de arreglar todo aunque quizás no exista y el cambio no se pueda, que ya todo sea irreversible. Yo no quiero esperar, nunca tuve paciencia ni de hecho tampoco la tendré. Quiero encontrar el equilibrio justo. No quiero exactamente la frase: "ni yo mato por celos, ni tu mueres por mí" Quiero que nada más vos y yo existamos en este mundo y que no nos importe nada más. (...)

Ilusa fui al pensar todo esto en algún tiempo.
Igual yo se que me quisiste a pesar de que todo sea imposible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario