martes, 2 de noviembre de 2010

Una palabra puede ser más potente que una lluvia de misiles, porque una palabra dicha o no dicha, gritada o susurrada puede desatar una revolución. Uno no se da cuenta de todo lo que tiene para decir hasta que empieza a decirlo. Las palabras están ahí, atrapadas en tu cabeza,quieren salir, quieren ser dichas, quieren ser gritadas. Decir algo es muy potente, pero más potente aun es no decirlo. Porque el silencio también tiene palabras, pero son palabras guardadas, elegidas, que esperan pacientes el momento de ser reveladas. A veces solo hace falta abrir la boca para que se desate un huracán. Las palabraspueden distraer, engañar. Muchas veces no sabemos por qué callamos, y muchas más no sabemos por qué hablamos.

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