Borremos el escenario, aquellos otros personajes 'extras', borremos los ruidos externos, déjemos solo las luces (que si no nos lo perdemos todo), dejémos a estos dos personajes sentados allí, sin importar la fiesta que ocurre alrededor.
Se miran a los ojos, se sonríen... y nada más importa.
lunes, 11 de octubre de 2010
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