sábado, 9 de octubre de 2010

Un corazón herido sólo se cura con amor, me dijeron hace poco. Y en eso estaba pensando, y también en que hace mucho que no escribía nada, así que aquí va, otro pedacito de mi mente.

Hay grandes amores en ésta vida, amores incondicionales que no piden algo a cambio, de ésos de verdad pues, porque realmente se supone que de esto va el amor, dar sin recibir, no es algo fácil para todos. El tema me vino con un sueño, soñé con algunas alguienes que me han amado a pesar de todo, que nunca me pidieron nada para quererme y que, a pesar, de todas las cosas que yo me pude mandar, siguieron ahí, conmigo, amándome como nadie más lo hacía, ahora ya no están, pero puede ser que estén conmigo más de lo que nunca estuvieron.

¿Hasta cuántas partes aguanta ser despedazado el corazón antes de que no sienta más?¿O es que entre en más partes esté, mejor se está?¿Y que si esas partes que hemos regalado no están cerca de nosotros, que si se las llevaron sabiendo que nunca van a regresar?

Son tantas cosas que queremos saber, tantas cosas que podemos preguntar y al final, lo único que termina importando es la manera en que queramos verlo. ¿Queremos en verdad regalar el corazón?

El amor es algo tan puro que no lastima, que no duele… a menos que esperemos algo a cambio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario