viernes, 8 de octubre de 2010

Y es que no lo puedo evitar, me encanta verte de lejos, escondida detrás de las cosas como una niña que juega a los espías, y que me pilles mirándote, y que me mires amandote, plenamente, inocente, un día y todos los demás.
Me arrastras, me cautivas, me hipnotizas con el simple hecho de que sonrías, mi voz se esconde por instantes y se anima a salir sólo por que las mariposas del estómago la empujan del espacio que les quita (sí, sólo por eso) ¡Y que difícil sería entonces hablar contigo! Imagina, nuestros ojos cansados de besarnos el alma cada instante, aparte tendrían que hablar con ese lenguaje para el que las palabras no existen, y la verdad, sería difícil...
¿Te parece si mejor te sigo viendo?

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