viernes, 8 de octubre de 2010

Y quise describir ese sentimiento de nada más ver tu mano en la suya, algo tan pequeño, que pudiera parecer tan insignificante pero tan ocultamente cargado de emociones, y entonces redescubrí que las palabras nunca van a ser suficientes para describir un sentimiento.
Deseé en ese momento, más que nada, que no me importara, que fuese un acto tan simple y tan intrascendente como aparentaba, pero al instante mi mente se vio abrumada por aquel torbellino de emociones ineludibles, una mezcla de tristeza y rabia, de tu melancolía y mis ganas.
Tu, vives, e ignoras en ese momento lo que siento, extrañas y sueñas en el fondo con un momento sempiterno. Yo, se que no puedo arrebatarte estos momentos. Entonces volteo y vuelvo a quedármelo dentro.

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