sábado, 9 de octubre de 2010

Y una vez más se despertó como todos los días... con el cabello enmarañado y las ideas frescas.
No era un día diferente (o tal vez sí), tampoco especial (la verdad es que no sabía nada).
Todavía no bajaba al mundo y ya estaba haciéndose ideas (como siempre).
Soñaba, volaba volaba, abría los ojos y los cerraba.

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