Lo buscaba todas las noches en su cabeza y aparecían cientos y miles de pensamientos acompañados de imágenes felices de tiempos que habían vivido juntos. Y giraba la cabeza, se apoyaba en la almohada y recordaba sus caminatas por los parques abrazados porque hacía frío y había viento, por eso el la abrazaba fuerte y le daba su pulover para que no lo sienta. Se le venían a la mente esas tardes en su casa, mirando tele o peleando sin razón, simplemente porque estaban aburridos y algún tema de discusión tenía que saltar. Y los celos, vaya sí que los había. Y las veces del cine, ufff, nunca se iba a olvidar de eso: ella lo simple lo hacía complicado: La película, a qué hora, que cine, los asientos, que pedían para comer, si comían en mc o en donde, donde se sentaban, si compraban mcflurrys o no. Ella comenzaba a darse cuenta de lo complicada que era, y se arrepentía tan rápido como cuando amanece en el verano, cuando el sol se asoma y los pájaros comienzan a cantar. Era una discordia universal. Era ella, era el? Eran ellos? Se le helaba la sangre del tan sólo hecho de pensar que era hora de cambiar! Para siempre, junto a él, claro.
Ya sabes lo que dicen, escribe con el corazón..
lunes, 1 de noviembre de 2010
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