sábado, 23 de octubre de 2010

Pero estoy demasiado insensible para sentir en este momento.
Solía soñar con un mundo perfecto, con pocos yo y muchos nosotros. Con la felicidad completa, con el amor sinero y puro, con una casa con la puerta azul y sobre todo eso, felicidad. Pero últimamente sólo sueña con él, porque... ¿para qué engañarnos? siempre ha sido él, siempre ha sido la canción de fondo. La verdad es que ella nunca lo tuvo fácil, el destino siempre les separó poniendo una vida entre ellos dos. Pero, ahora, cuando todo debería ser perfecto, vuelven las malditas dudas y algún que otro sentimiento aún vivo.

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