sábado, 9 de octubre de 2010

Sabía que esos ojos de miel se quedarían pegados a mi piel por siempre, sabía que sería muy difícil deshacerse de un sueño que se ama con el alma, pero nunca pensé que tuviera que invertir tantas lágrimas en ello, que me quitaría el sueño tantas noches el intentar sacarte de mi mente, esperando que fueras un tatuaje temporal y no uno permanente, que siguieras pensando en mí a pesar de todo.
Ahora mi corazón se debate entre risas y llantos, porque aunque no estés conmigo, sigo extrañando tu cabello y tu sabor, el humo que queda de ti aún no se vuela con el viento y yo cual tonta te sigo esperando, con todas las esperanzas perdidas y ese nosequé que opina que deberías regresar, yo me canso de decirle que no lo vas a hacer, pero no me cree y no me deja en paz, al punto de convencerme de lo mismo. Pero no lo entiendo... Sigo queriendo que regreses

No hay comentarios:

Publicar un comentario