Caminaba, pensaba, comía, escribía, dormía, estudiaba, siempre con antojo de besos; al despertar en las plumas de las almohadas con las ideas frescas, debajo de la cama, en la mañana con pastelitos y café, siempre le gustaron los besos para llevar y saborear en la lejanía con literatura y calma, los guardaba con mucho cuidado en una caja que había hecho especialmente para eso y los disfrutaba en pequeñas dosis. uno a uno, eran demasiado adictivos, y los quería con los ojos, los quería tatuados, en la tarde con chocolate, en los días lluviosos con un poco de menta, le gustaban soplados, mordidos, pisados. En la nariz con 3 cucharadas de mielancolía de los sábados. Con sabor a tí, a aquellos que todavía no conocía. Los quería corriendo, los quería olvidados, los quería rosados con los labios cerrados.
Simplemente los quería desayuno, comida y cena, siempre cuando se durmiera, y también al despertar, los quería sobre cada latido, dulces, salados, insípidos, fluidos como olas del mar...
lunes, 23 de agosto de 2010
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Me encanta cómo escribes! :)
ResponderEliminarMe alegra haber encontrado tu blog! ^^
Te sigo.
Un besito!