sábado, 29 de enero de 2011
Por amor se comenten, se hacen, se dicen y se piensan infinidad de cosas. Quien dijo que el amor era una espada de doble filo no se equivocó, solo le faltó aclarar si los dos lados eran filosos o si uno cortaba y el otro no. Ahora confieso que no me arrepiento absolutamente de nada, si llegara a morir es porque entregue mi vida y lo hice por amor; esa es la mejor parte de todo. Porque supe entregarle hasta la última migaja de mi corazón, porque entendí que debía hablar con el corazón, ver con el alma y escuchar con mi silencio, todo lo que hice fue únicamente por el.
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