jueves, 9 de septiembre de 2010

Su sonrisa se torno al revés y sus ojos se llenaron de lágrimas. Nunca había visto una mirada tan perdida. Una mirada con tan poca esperanza. Eso es lo que me desgarro. Eso es por lo que me duele el pecho. No pude soportar el momento. Corrí, corrí hasta que mis pies sangraron.

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