jueves, 24 de marzo de 2011
Pasamos de ser todo, a ser nada. Convertimos nuestra relación en un torbellino a golpes, intercalando caricias con puñaladas y algún que otro rasguño a fuerza de odiarnos. Reconstruimos nuestros cimientos una y mil veces, pero para cuando quisimos darnos cuenta de la inestabilidad del terreno, fue demasiado tarde. Nos derrumbamos el uno sobre el otro, sin mirarnos, y rozándonos a la vez que nos dábamos la espalda. Cada silencio que pronunciamos nos alejó un poco más, y todas nuestras palabras quedaron en evidencia al dejar atrás nuestra historia. Dejamos pasar el tiempo, fuimos arrancando letras de nuestras mejores frases hasta vaciar nuestro repertorio, y finalmente nos quedamos sin nada. Y eso fue precisamente lo que hizo falta para que estallara nuestra burbuja y volviéramos a chocar: palabras, miradas, sonrisas... y muchas, muchas ganas de hacerte amanecer con ganas de verme. Por eso, he decidido reinventar nuestros momentos en una versión mejorada, revivir cada segundo de forma que pasar al siguiente no duela. Porque nos lo merecemos, y sobre todo,porque el presente es nuestro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario