martes, 1 de febrero de 2011
Bienvenido al síntoma espantoso de necesitarte cada día. De despertarme y darme cuenta que ya no te tengo para mi. Que si quiero volver a escuchar tu voz sea por ahora atrás de un teléfono. Bienvenidas mañanas, tardes y noches sin tu risa. Bienvenidas lágrimas en mis ojos. Bienvenida esta tristeza de caminar sola por la calle. Bienvenido cada recuerdo que tiene que ver contigo. Bienvenido cada llanto. Bienvenida soledad. Bienvenidas dos palabras que son las únicas que hoy se me ocurren pronunciar; Te extraño
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