Hoy podría por fin decidirme, tomar el teléfono y llamarte. Podría hacerte saber cuánto te extraño, gritarte que te quiero y que todavía te estoy esperando. Podría encontrarme contigo, volver disfrutar de tu sonrisa y tu humor tan especial; también de tus besos embriagadores y tus suaves caricias. Hoy podría salir de mi rutina, dejar de pensar en “qué pasaría si…” y decidirme actuar.
Y sin embargo, aquí estoy, describiendo situaciones que en el fondo sé jamás haré, soñando con momentos que jamás tendré.
Es justo ahora cuando los días se vuelven más grises que necesito de tu luz… pero no estás.
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